DERECHOS HUMANOS La incapacidad de juzgar el genocidio se transforma en impunidad biológica. Nos permitimos polemizar con el término “impunidad biológica†ya que su instalación como algo normal, natural de la vida misma disimula lo que un viejo dicho dice tan claramente: “Justicia Tardía NO es Justiciaâ€. Y es esto último la verdad sobre la que los argentinos debemos reflexionar profundamente para poder comprender nuestra historia, siendo esta la única manera de construir nuestro futuro orientado hacia la justicia plena en todos los órdenes humanos. Por: Laura García Vazquez - Proyecto Sur Pcia.Bs.As. en la Corriente Nacional Emancipación Sur Justicia por nuestros 30.000 desaparecidos en Argentina. Escasa. Si vamos por la recuperación de los cuerpos, que todo familiar vivo espera, según los últimos datos que encontré, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) recuperó restos de 1200 desaparecidos enterrados, entre 1974-1983, como NN en fosas comunes, sepulturas individuales de cementerios y en unidades militares y policiales. De este número solamente fueron identificados por ADN 580 personas y aún permanecen a la espera de identificación otras 620 víctimas. Apenas, entonces, el 2% de los desaparecidos hallado e identificado venciendo el perverso mecanismo represivo de la “desapariciónâ€. Si vamos por los represores condenados tenemos, al 24 de marzo pasado, 468 represores condenados, 61 absueltos y 6 de ellos muertos antes de escuchar sentencia. Solamente, alrededor del 30% del total de los 2.100 procesados desde 2003 fue llevado a juicio. Esto significa 10 años después de anuladas las leyes de Obediencia Debida y Punto Finalmenos de 1 represor condenado por Centro Clandestino de Detención. Cómplices y encubridores del genocidio. Viendo esta valiosa y la vez escasísima dosis de justicia humana, me interrogo sobre qué otra forma tenemos de valorar esta parte tan siniestra de nuestra historia. Recordar, también, el objetivo de este genocidio que cambió nuestro destino para siempre. Recordar que lo que caracterizaba a estos hombres y mujeres era precisamente su condición de militantes revolucionarios y que aspiraban a otra realidad para nuestra sociedad, una Patria Justa, Libre y Soberana, la Patria Socialista, decían, y por socialismo, por supuesto, no nos referimos precisamente al nombre del partido de Binner. Entonces, también preguntarnos, cuántas personas fueron cómplices y/o encubridores y no revestían uniforme militar. A qué número llegaríamos?. Cuántas voluntades, además de las armas y la violencia, hacen falta para desaparecer a 30.000 personas? De ninguna manera era dictadura/democracia lo que estaba en juego sino nuestra condición de país dependiente, el tema era imponer, ahí sí por la fuerza, las reglas de la dominación concreta. Justamente, en estos días, estamos asistiendo a otra claudicación más de nuestro gobierno sobre la deuda externa contraída durante la dictadura, hecho que la hace más valiosa que su valor en dinero. Quizás los organismos de Derechos Humanos afines al gobierno nunca comprendan el profundo dolor que nos causó verlos aplaudiendo el pago de la deuda a los que seguimos sosteniendo que el gesto soberano, y el que merecen en honor a su memoria nuestros desaparecidos es auditarla. Por eso mismo, no nos queda otra opción que aceptar y comprender que el plan de los genocidas era compartido por un sector importante de civiles, y no nos referimos sólo a empresarios poderosos sino al fascismo como ideología que mata concretamente a su enemigo y si no mata colabora, y si no encubre y si no, al menos, permanece indiferente mientras otro mata. Un ejemplo en Bahía Blanca. En la ciudad de Bahía Blanca tenemos la satisfacción de contar con excelentes fiscales, empezando por Hugo Cañón, para continuar su trabajo Ariel Córdoba y al día de hoy los fiscales Miguel Palazzani y José Nebbia. Esto, más la investigación realizada por parte de los organismos de DDHH ha tenido como resultado un Juicio y una sentencia ejemplar con respecto a la Causa del V cuerpo y próximamente, el 8 de julio se comenzará con el Juicio a la Armada Argentina. Pero justamente, las características positivas de estos procesos permitieron avanzar hacia la complicidad civil, tanto en el caso de Vicente Massot, dueño del diario la Nueva Provincia como en el caso del cura represor Aldo Vara, quién lamentablemente falleciera en Ciudad del Este, Paraguay, esperando su extradición. En relación a éste último, recientemente se ha resuelto el procesamiento del arzobispo de Bahía Blanca Guillermo José Garlatti y el empresario inmobiliario Leopoldo Bochile. No todo es jurídico, se puede avanzar socialmente. Entre el entramado de poderes, es difícil pero necesario, relacionar nuestro pasado con el presente. Entender cuánto realmente nos dificulta el genocidio pasado para generar las condiciones para construir el país digno para todos los habitantes. Cuánto nos faltan, concretamente, nuestros 30.000 compañeros en la trasmisión generacional de experiencia necesaria. Cómo darle al pasado y la necesidad de justicia la atención necesaria, y cómo trasmitirles nuestra experiencia a los jóvenes a la vez que construimos una alternativa política por fuera del bipartidismo y la partidocracia reinante, ambos incapaces de proponer políticas firmes y soberanas para poder emerger del neocolonialismo vigente desde la dictadura. El equilibrio entre pasado, presente y futuro reconociendo nuestra historia nos dará las herramientas para enfrentar los obstáculos que se nos presentan en esta sociedad tan fragmentada y dominada por el individualismo y el consumismo, males sociales instalados que es necesario y posible revertir. Participación, compromiso y responsabilidad son las claves.