1524728_562515157161075_1369838089_n Por ; Silvia Baffigi Vicepresidente 1º Partido Proyecto Sur de la Provincia de Buenos Aires Corriente Nacional Emancipacion Sur El Partido Radical demuestra una inagotable capacidad para reciclarse, resurgir de sus cenizas y ocupar el centro de la escena cuando el PJ entra en problemas. Proyecto Sur -desde su nacimiento y a través de sus mayores referentes, pero también como poderosa convocatoria que atrajo a miles de argentinos- iluminó el significado del bipartidismo, como alternancia de la partidocracia liberal para continuar con la política dependiente que signa nuestra historia de las últimas décadas. Ambos partidos, UCR y PJ comparten la característica de cooptar y acabar liquidando toda fuerza que aparezca en el horizonte como alternativa a esta maquinaria por cierto, muy bien montada, aceitada y con profundos lazos con el poder concentrado, los medios de difusión y la embajada. El radicalismo ha hecho contribuciones estratégicas a este armado, y se ha servido de él para mantener una importante estructura que no decae, porque está cimentada en una cantidad de cargos a lo largo de nuestra patria, que muchas veces no son relevantes pero cumplen con su función de sostener un esqueleto vacío de militancia y de sentido político. Durante la dictadura cívico militar que padecimos, numerosos intendentes y embajadores radicales formaron parte del gobierno, a cambio del silencio cómplice y colaborando con su institucionalización. Se sabe que el partido, muchos de sus dirigentes, pedían la intervención del Ejército para terminar con el “caos†del último período de Isabel. Con el advenimiento de la democracia, Alfonsín concitó el apoyo y la esperanza de millones de argentinos, con el discurso de la institucionalidad y la democracia. Ya antes de asumir instaló la teoría de los dos demonios, que todavía hoy esgrimen muchos de los dirigentes. En sus primeros días de gobierno, cuando el pueblo lo apoyaba y continuaba movilizado y participando activamente, desestimó separar la deuda pública de la privada y siguió el camino de pagar sin revisar, la deuda externa. A pesar de haber logrado el enjuiciamiento y condena de los comandantes, cuando la movilización popular lo acompañaba, nos regaló el “Felices Pascuas, la casa está en ordenâ€, y abortó el movimiento popular asustando a la gente con los milicos, y a los milicos con la gente, pero logrando establecer las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, fruto como no podía ser de otra manera, de una negociación en las sombras. La coordinadora mientras tanto, ocupaba lugares de poder, asimilando las peores cosas del peronismo. El gobierno se aislaba de la gente. Los jubilados sufrían el congelamiento de los sueldos, el desagio para quienes tenían algún ahorro, y comienzaban a surgir las primeras voces de la privatización (Terragno, Aerolíneas). La Tablada (orquestada en las sombras por personajes nefastos que todavía hoy son influyentes en el partido), contó con la participación sangrienta de un ejército con fuerte componente genocida y utilizando los mismos métodos (incluidas desapariciones). Durante los saqueos del último período alfonsinista, los concejales, empleados y punteros radicales manifestaban su esperanza en llamar al ejército. El ministro Jaunarena, más militar que civil, continuamente pactó con los genocidas. El trágico final del primer gobierno post dictadura, con la rendición incondicional al brutal neoliberalismo que siguió a eso, es una muestra cabal de los intereses manejados por esos personajes. Todo se negociaba en la Cámara de Diputados, no solamente el dinero, sino los puestos, las prebendas, los viajes. El saqueo se cernía sobre el pueblo, y los radicales eran cómplices imprescindibles. Se nos impuso el Pacto de Olivos, y la Constitución del 94. Este es un ejemplo transparente del modus operandi del radicalismo: entregó la posibilidad de la reelección a cambio del 3er Senador, que le aseguraba estructura y supervivencia en todas las provincias. También el Consejo de la Magistratura, que nada logró ni hizo por parar el desguace del Estado con la complacencia de los jueces de la servilleta. Cuando tomó fuerza la posibilidad de un 3er espacio, cimentado en las luchas populares durante el menemismo, (hijo nefasto de la dictadura y la defección radical), la posibilidad del acceso al poder obnubiló a la mayoría de los dirigentes, y los radicales entraron nuevamente en escena, copando los espacios de decisión y continuando con el modelo neoliberal, en un contexto de naufragio generalizado. Se instaló la ley de flexibilización laboral, y el ajuste, el corralito y sobrevinola catástrofe del 2001. La traición brutal a la esperanza de cambio de los argentinos, es madre del rechazo visceral a aquello en que se convirtió “la política y los políticos†después de la masacre de la dictadura. Y tenía la impronta radical: también los muertos del 19 y 20 de Diciembre, que mostraron la cara atroz detrás de su máscara. Nuevamente se produjo la alternancia, habiéndose cargado la corporación una tercera fuerza que había crecido vigorosamente al calor de la movilización popular. El radicalismo quedó sepultado, pero un importante sector del partido apoyó la transversalidad kirchnerista, obteniendo nuevos puestos. En el interregno, no deberíamos olvidar a Terragno recorriendo el país conjuntamente con Duhalde, defendiendo las bondades del bipartidismo. El UNEN los rescata nuevamente desde el fondo del mar, y en este momento ocupan la escena. Se recomponen, se consolidan. Aparecen como los armadores del “Gran Frente antiperonista†que dirimirá en las PASO democráticamente sus candidaturas. Sabiendo que son ganadores desde el vamos, porque obtendrán, sin haber hecho nada, nuevos cargos y seguirán tejiendo acuerdos con los grandes grupos económicos. Proyecto Sur ha dicho una y mil veces que el radicalismo vació su contenido dejando sólo los negocios y la corporación. Proyecto Sur se posicionó como una alternativa a este vacío de política. Gracias a la dudosa movida del UNEN, los radicales son considerados como la centro izquierda, son nacionales y populares, firmarán cualquier programa que les garantice ocupar lugares de decisión. Intentarán que les toque a ellos, para que nada cambie. Y nuestra fuerza les allanará el camino, olvidando la historia, y olvidando su propia identidad y su propia génesis. Proyecto Sur Provincia de Buenos Aires se niega a transitar ese atajo, y afirma su decisión de trabajar por las 5 causas que son base de las propuestas de nuestro Congreso, con todos los sectores que resisten el embate de la partidocracia y se niegan a una nueva vuelta de tuerca para arrasar con la esperanza de nuestro pueblo. Las bancas que se obtienen deben estar al servicio de la sociedad, y tienen que ser ocupadas por luchadores populares,. Silvia Baffigi Vicepresidente 1º Partido Proyecto Sur de la Provincia de Buenos Aires Corriente Nacional Emancipacion Sur