GRAN BUENOS AIRES
El diario ClarÃn, atento siempre a las necesidades del mercado, ya tiene un suplemento alusivo. Ver el mapa de la Provincia salpicado de puntos que marcan las locaciones de countries, chacras, barrios cerrados, semi-ciudades como Nor-delta genera un estremecimiento.
Por:Silvia Baffigi - Vicepresidenta de Proyecto Sur Provincia de Buenos Aires
Concluimos que los habitantes del con-urbano vienen siendo cercados por cientos de emprendimientos inmobiliarios, que crecen a un ritmo frenético, que cierran accesos, que generan población implantada a la que no le interesa el desarrollo del municipio ya que antes de mudarse le resolvieron todos los problemas. Pero, aclaremos, esto no sólo ocurre en el conurbano, sino preferentemente y cada vez más a la vera de las autopistas en zonas consideradas rurales, también en las ciudades del interior bonaerense, e, increÃblemente, en la costa, que cada vez se va convirtiendo en zona privada inaccesible a los trabajadores.
Este desarrollo deforme es la evidencia de la desigualdad, y la profundiza, los trabajadores quedan afuera de los muros y quedan afuera de la distribución de la tierra. La tierra utilizada para estos emprendimientos deberÃa ser urbanizada para que la población creciente tuviera la posibilidad de construir su hogar, y a la vez dotara de vida a esas enormes extensiones.
Se urbaniza sólo intramuros: los habitantes de estos exquisitos lugares tendrán su centro comercial, escuelas para sus hijos, clÃnicas, entretenimientos y hasta un ejército de guardias, que los custodian hasta de la justicia y de las inspecciones de la AFIP, mientras los colonizados seguirán padeciendo las calles embarradas, la falta de colectivos, la muerte en cada esquina.
Los residentes en los countries salen en sus autos sin mirar a los costados, nada saben de la vida en el municipio. Aunque es probable que no tarden en apostar a algún intendente. Para los de afuera, queda el trabajo precario de servicio (que es casi servidumbre), deben hacer largas colas para ser revisados por los guardias, en un paisaje al que todos se acostumbran.
Es un singular apartheid, contra el que las conciencias adormecidas no logran rebelarse. La clase media alta sueña con la huÃda de la ciudad, de su ritmo infernal, de las villas y los piquetes, sueña con alcanzar esa vida de ricos y hace cualquier sacrificio para acceder a ella.
Pero siempre serán transplantados en la provincia. O alguien puede creer que a los habitantes de los countries de Ezeiza o de Moreno les importe lo que pasa en Los Pinedos o en Cuartel V?
El conurbano se fue poblando desde las zonas adyacentes a la capital, primer cinturón, segundo y tercero, de trabajadores que llegaban del interior profundo o nuevas familias que no podÃan acceder a la vivienda en la ciudad o cerca. Se hicieron loteos, urbanizaciones, escuelas, mientras los trabajadores construÃan sus casas y le imprimÃan vida a grandes extensiones. Sin embargo, los sucesivos gobiernos en vez de acompañar ese crecimiento lo dificultaron sin proveer la infraestructura necesaria, generando grandes deformaciones. AsÃ, ante la imposibilidad de contener el crecimiento, la tierra se fue encareciendo, y las zonas más lejanas están siendo utilizadas para este crecimiento regresivo.
Veamos el análisis de Ricardo A. Barbieri, un luchador ecologista de la zona de Tigre, que nos ilustra ampliamente sobre el tema:
“Efectivamente, es la zona Norte donde se registran la mayor cantidad: Pilar (133), Tigre (71), Escobar (45) y San Isidro (39). La proliferación de estas urbanizaciones, supone una ocupación de suelo real o programado inmenso de 500 km2, esto implica una superficie dos veces superior a la que ocupa la Ciudad de Buenos Aires, en el que apenas residen 100.000 personas. Efectivamente, en la inmensa porción de territorio que los barrios privados ocupan en la provincia de Buenos Aires, se encuentra radicado solo el 1% de la totalidad de la población metropolitana.
………….La población de los barrios cerrados de Tigre se estima en 23.000 habitantes, distribuidos en 5.381 hectáreas, lo que equivale al 35,4% del territorio del partido, cuya población total ya superarÃa los 400.000 habitantes.
Paralelamente a este proceso, algunas investigaciones han estimado en más de dos millones, el número de habitantes en asentamientos precarios y villas de emergencia en el AMBA. El censo nacional del año 2001 registró en Tigre, 23 villas y asentamientos con una población de 25.933 habitantes (INDEC, 2001). Cinco años después, un informe de la Universidad de General Sarmiento, constató que el número de conjuntos residenciales tugurizados (villas y asentamientos) ascendÃa a 39, y la población total era superior a los 50.000 habitantes, distribuidos en una superficie de 254 hectáreas.
Por otra parte, es evidente la inexistencia de un plan de desarrollo urbano integral del distrito. Revisando históricamente este proceso, no hemos podido encontrar un solo plan de viviendas en los últimos treinta años. El hecho de que no se haya considerado de ninguna forma el crecimiento poblacional medio de la comunidad Tigrense, esta generando hoy un evidente proceso de hacinamiento. Hoy es casi normal, que en las barriadas Tigrenses existan entre dos y tres casas por terreno.
El punto más grave, es que el Estado no está ejerciendo el rol de planificador del desarrollo urbanÃstico ni su misión de promover la integración social y el bienestar general de la población. Contrariamente a ello, como en Pilar, el ejecutivo municipal de Tigre puso al zorro, a cuidar el gallinero. (eltigreverde.blogspot.com.ar?).
Teniendo en cuenta que esta publicación data de 2010, podemos inferir un agravamiento en progresión geométrica.
Una polÃtica audaz de vivienda deberÃa tener en primer término como prioridad generar el crecimiento de barrios de trabajadores, descentralizando tanto la ciudad como los grandes centros del conurbano, generando oportunidades de tierra, trabajo, infraestructura y educación y salud.
Esta repoblación y reconquista por parte de sus verdaderos ocupantes de las tierras balancearÃa un poco lo que se generó a través de décadas de desigualdad y regresión, en las que se fue reproduciendo un abismo insalvable entre los colonizadores y la población genuina, que sobrevive cercada por los countries, y de la que muy pocos parecen ocuparse.

