Frase re gastada y manoseada por todo tipo de político, en especial para halagarlos y conseguir su voto. El FPV no ha sido la excepción, aunque implementó algunas medidas positivas dentro de su “Modelo Inclusivo”, que contaron con apoyo popular y de importantes sectores de jóvenes, que también se vieron envueltos por un relato timador… Por: Alejandro Questa - Proyecto Sur José C. Paz - Corriente Nacional Emancipación Sur Frase re gastada y manoseada por todo tipo de político, en especial para halagarlos y conseguir su voto. El FPV no ha sido la excepción, aunque implementó algunas medidas positivas dentro de su “Modelo Inclusivo”, que contaron con apoyo popular y de importantes sectores de jóvenes, que también se vieron envueltos por un relato timador que ensalzaba exageradamente al modelo, hasta inculcar cierto fanatismo y actitudes intolerantes hacia el que piensa diferente. Mas, en cuanto a los jóvenes, la gestión del modelo, aún en sus mejores años (2006/2007), no se molestó en disminuir la enorme desocupación entre jóvenes (de más de un millón), ni en cambiar las leyes de precarización laboral implementadas desde los 90, ni en crear más fuente de trabajo recuperando y recreando industrias estratégicas para el país, ni en crear industrias que fueran reemplazando importaciones. En otro plano, si bien se promulgó legislación para financiar la educación pública, la misma sufre problemas de infraestructura, de salarios insuficientes para docentes y la consecuente pérdida de días de clase, debida a conflictos que el gobierno nacional y los provinciales se han encargado de provocar con sus políticas y tácticas, bien a contramano de sus discursos de defensa de la educación pública; que al ser tan afectada en su calidad, resulta en una herramienta debilitada para la mayoría de los estudiantes como instrumento de superación socio-económica; lo que los pone en desventaja con respecto a los que reciben instrucción por entidades privadas. Las posibilidades de progreso de aquellos jóvenes cuyos padres tienen trabajos precarios, o en negro, están limitadas por cuestiones económicas y socio-familiares, puesto que las limitaciones económicas acarrean problemas familiares, que pueden ser pequeños, medianos o grandes, pero que influyen en la etapa de estudiante de todo joven en su rendimiento, hasta el grado de tener que abandonar los estudios para ayudar en el sostenimiento familiar, o para encarar cierta independencia económica propia, ante la ansiedad consumista exacerbada por el mercado que ofrece productos para los sectores juveniles. Aunque se han implementado las asignaciones universales (limitadas) por hijos y el plan Progresar, ante la inflación actual generada por el Gobierno Nacional, las medidas se han vuelto insuficientes para ser soluciones de fondo, en cuanto a educación que garantice un futuro profesional desahogado. Desde los 90 vivimos en un mundo globalizado en el que avanzó la prédica neoliberal del mercado, con políticas que han atacado la soberanía económica y jurídica de la mayoría de los países. La Argentina, aunque se dieron algunos pasos positivos en inclusión social desde el 2003, ha mantenido a grandes rasgos la estructura productiva, económica y financiera heredada de los 90: Se sigue pagando deuda externa fraudulenta y odiosa (causa seria para el desfinanciamiento actual del estado); la explotación de combustibles, minería, pesca, generación de energía eléctrica y transporte sigue en manos privadas; no se reactivaron industrias estratégicas ni medios de transportes importantes (FFCC y navales); la producción agropecuaria se ha sometido a las políticas de pocas empresas cerealeras (Monsanto, Cargill, etc.); el país no controla el comercio exterior; sigue sometido al CIADI; se sigue beneficiando escandalosamente a empresas privadas (Pacto con CHEVRON y el pago compensatorio a REPSOL) etc. A este cuadro hay que agregar la importación cara de combustibles, balanza comercial negativa y déficit fiscal interno, que se palia con emisión monetaria, saqueando las reservas del Banco Central y los fondos del ANSES. A mediano plazo, el FPV y sus aliados (aún entre los partidos que se dicen opositores), para no confrontar con las políticas neoliberales impuestas desde afuera, por un lado, empiezan a aplicar políticas de ajustes sobre beneficios sociales y aumentos de tarifas (elogiadas por el FMI hace poco), y, por otro lado, buscan implementar un plan que acuerde con los Hold Out (fondos buitres) y arreglar la deuda con el club de París, para comenzar un proceso de financiamiento de la actual deuda externa con más endeudamiento; lo que significaría para ellos sacar la cabeza del agua y volver a tener mejores condiciones de gobernabilidad. En pocas palabras, tirar la pelota afuera y que se arregle el que venga ¡Total! Paga Juan Pueblo. Por todo lo dicho, el futuro para la mayoría de los jóvenes se verá muy condicionado y bastante complicado, ya que el modelo de sometimiento neocolonial seguirá imperando, para que nuestras riquezas sean saqueadas como hasta ahora, y no se creen fuentes de trabajo que causen competencia a los productos producidos en el extranjero. Es crucial que los jóvenes tomen conciencia de este futuro y de que deben tener interés en cuestiones políticas y económicas, porque el día que vayan a votar, le pueden estar dando apoyo a candidatos que continúen con el mantenimiento del modelo neocolonial, que limitará sus posibilidades personales de progreso y las del país entero. Es fundamental que los jóvenes participen en fuerzas políticas que luchen contra el neocolonialismo mentiroso, que promete progreso personal con libertad de mercado, apertura económica, competitividad, precariedad laboral, entrega de riquezas a inversores extranjeros y sometimiento a organismos internacionales, porque ese fue el verso de los 90 que nos llevó al caos del 2001, y es el que nos va a llevar a una nueva etapa de empobrecimiento y de sometimiento a las directivas del FMI, que ya nos gobernó en forma nefasta a través de Menem y De la Rúa. Es lógica la desconfianza de muchos sectores de jóvenes patriotas hacia los aparatos políticos, cuyos dirigentes hacen acuerdos de cúpulas con otras fuerzas o con sectores empresariales a espalda de sus afiliados y militantes. A causa de esto, hay tanta dispersión de fuerzas, fragmentación y sectarismo en sectores juveniles de activistas. Por ello, por un lado, es prioritario para un futuro promisorio del país que los jóvenes activistas trabajen en unidad de acción para enfrentar los planes y modelos de sometimiento neocolonial, pero también que su activismo ayude a construir un movimiento político, social y cultural nacional emancipador, con referentes y dirigentes luchadores surgidos de ese movimiento. Por el otro lado, a fin de ayudar a construir dicho movimiento, está planteado el desafío de construir una herramienta política que garantice la democracia interna, donde sus bases decidan la orientación política y de alianzas, y donde sus intereses y los del país sean bien representados. Proyecto Sur en Emancipación Sur de la pcia. de Buenos Aires se halla empeñado en ser un organismo de ese tipo, e invita a los jóvenes inquietos por lograr la Emancipación Nacional y Social a participar en nuestro colectivo, donde podrán expresar sus ideas y propuestas, debatiendo sanamente con otros jóvenes con ideas semejantes, para instrumentar políticas y estrategias, eligiendo a sus propios dirigentes, para lograr los objetivos decididos entre todos.